En el fragor de la crisis sanitaria, la vulnerabilidad de los consumidores se ha vuelto más palpable que nunca. Un ejemplo es el caso de Pedro, cuya madre sufrió una intoxicación por medicamentos el 11 de abril de 2024. Pedro contactó a Ambulancias Help en busca de un traslado urgente al hospital de Talagante, pero lo que encontró fue una maraña de promesas incumplidas y procedimientos burocráticos.
Gabriela, la ejecutiva de Help, le vendió un plan anual asegurándole que contaban con una ambulancia medicalizada. Sin embargo, tras firmar los contratos y realizar el pago, Pedro descubrió que la empresa solo realiza traslados desde domicilios hasta hospitales, no entre hospitales. Este detalle crucial, convenientemente omitido durante la venta, puso en peligro la vida de su madre.
Después de un intento fallido de resolver la situación, la empresa ofreció cancelar la suscripción al día siguiente. Pero el problema no terminó ahí. A pesar de enviar un acta firmada para solicitar la desafiliación, Pedro todavía no ha recibido respuesta.
Este caso destaca la importancia de los criterios 1, 12, 23 y 4 en la protección del consumidor: transparencia, responsabilidad, resolución rápida de problemas y respeto por la dignidad del consumidor. La falta de claridad en la venta y la burocracia innecesaria en la cancelación del contrato no solo violaron estos principios, sino que también pusieron en riesgo una vida.
Es imperativo que las empresas sean transparentes en sus servicios y responsables en sus acciones. Deben resolver los problemas rápidamente y respetar la dignidad de sus clientes, especialmente en situaciones de vida o muerte. Pedro merece una explicación clara y una solución adecuada, y todos los consumidores merecen una garantía de que no se encontrarán en la misma situación. Es hora de que Ambulancias Help, y todas las empresas, cumplan con estos criterios básicos.
Margarita A.I.
Reclamos.cl