- Concón, Chile
- 18, Agosto 2017
- Número: 447304
No aviso de no pago de pensión
PRESENTE
He decidido escribir aquí para advertirles a todos los afiliados de reclamos.cl/empresa/afp_suma_bansander">AFP Capital lo inhumana e irresponsable que puede llegar a ser esta “institución previsional”.El 24 de mayo de 2017 mi padre, de 54 años de edad, falleció producto de un infarto agudo al miocardio, quien era profesional independiente, quedando yo (de 21 años, estudiante universitario), mi hermano Nicolás (de 23 años, también estudiante universitario) y mi hermana Andrea (de 17 años, alumna de 3º medio) completamente a cargo de su cónyuge, mi mamá (trabajadora independiente).Ya que mi padre mensualmente trabajaba y aportaba para sostenernos como cualquier familia de clase media, decidimos acudir el 29 de mayo a la AFP (Capital) con la esperanza de que nos pudieran entregar los fondos que él había ahorrado durante toda su vida. Grande fue nuestra sorpresa al enterarnos de que él tenía ahorrado un monto bastante importante, pero aún más grande fue la impresión cuando en la AFP nos dijeron que no podíamos tocar ese dinero pues según el decreto de ley 3.500, éramos beneficiarios de pensión de sobrevivencia, estando obligados a recibir una pensión, sin derecho a sacar nada más, ni siquiera en casos de emergencia.Inconformes juntamos todos los papeles, formularios, firmas y certificados necesarios para recibir la famosa pensión; entre ellos, a mí y a mi hermano nos pidieron el certificado de alumno regular de la universidad.La primera pensión fue de alrededor de 680.000 pesos en total para la familia, depositada el día 2 de junio por la AFP; sin embargo, sólo era un monto provisorio, pues más tarde, el día 20 de julio nos depositaron la segunda pensión, de 475.000 pesos en total, muy por debajo ya de lo que mi papá aportaba mensualmente a la casa.Como este mes el 20 cae día domingo, la AFP decide adelantar el pago y el día 17 de agosto en la mañana le deposita a mi madre 325.000 pesos correspondientes a su pensión más la de mi hermana menor, pero a mí y a mi hermano no nos depositan nada. Extrañados decidimos esperar un día más, pero al no haber novedades de nuestras pensiones decido llamar durante la tarde del 18 de agosto a AFP Capital. Le explico la situación a la ejecutiva, que luego de analizar me informa que tanto yo como mi hermano figurábamos con el certificado de alumno regular de la universidad vencido, y que si lo íbamos a renovar antes de fin de mes nos depositarían las pensiones de manera retroactiva el próximo mes, pues este mes "ya no hubo pensión" y por ende no nos iban a depositar nada hasta el 20 de septiembre.Este último hecho fue la gota que rebalsó el vaso: me parece insólito que una institución previsional como reclamos.cl/empresa/afp_suma_bansander">AFP Capital que se jacta de preocuparse por las personas, por sus afiliados y sus familias, no tenga un mínimo de sensatez, profesionalismo o humanidad como para avisar por teléfono o, al menos, por correo electrónico que nos iban a dejar sin pensión por este mes si no renovábamos el famoso certificado de alumno regular, considerando que tienen todos nuestros datos y saben que somos los hijos de un afiliado suyo que falleció, y que dependemos de esa pensión para poder transportarnos, alimentarnos y financiar los gastos asociados a nuestra formación y desarrollo profesional y familiar.Es indignante y realmente lamentable que esta institución y las demás de su especie amparadas por la ley pongan infinitos obstáculos para impedir que los hijos de un padre de familia fallecido puedan beneficiarse de los fondos que este ahorró durante toda su vida, haciendo que un proceso tan difícil como la pérdida de un ser amado y la subsiguiente reconstrucción psicológica y económica de una familia sea aún más cuesta arriba.Espero de corazón que esto sirva para advertir a los papás y mamás que están afiliados a esta inescrupulosa AFP, como también para instalar una vez más la reflexión en torno a nuestro actual sistema de pensiones, donde tanto la ley como las instituciones parecieran querer mantener nuestros propios ahorros lejos de nuestras manos y de quienes más queremos.
Autor: J.C.