Mala atención

El día de hoy martes 13 del 2015, asistí a la cita odontológica de mi menor hijo, la cual me trajo una serie de sinsabores e indignación. Para comenzar tuve que madrugar para obtener dicha hora y esperar mas de un mes para recién ser atendido y escuchar algo favorable para la malformación dental de mi hijo. Acudí con esa esperanza a la mencionada cita, éramos aproximadamente 9 pacientes citados a las doce del día, el médico llegó con 40 minutos de retraso, como es de suponerse nadie podía decirle nada al galeno. Pero eso es solo el principio, el desorden era imperante la enfermera recogió las citaciones de manera desordenada sin tomar en cuenta el orden de llegada, y muy frescamente dijo que todos serían atendidos y que no se preocuparan, y fue así, porque el médico parece que quería deshacerse rápidamente de todos los pacientes, su rapidez no tiene precedente porque se demoraba un minuto por paciente, además la enfermera por orden del médico no permitía el ingreso de los padres a la consulta, niños menores incluso de 6 años entraban solos, qué explicaciones podría darle un niño de esa edad?. A mi hijo sólo le pregunto su nombre y le dijo que habrá la boca y chau. mi hijo tenia radiografías tomadas allí dudo que lo haya revisado con la rapidez que los atendió ninguna explicación, ninguna palabra, nada en absoluto. Luego la enfermera me entrego la siguiente interconsulta de mi hijo en tres años más, si así es, cuando el cumpla doce años recibirá próxima cita. Al manifestar mi malestar por esta situación las enfermeras me comentaban que ese médico trabaja así, que todo el mundo lo sabe pero que nadie puede hacer nada. Presenté mi reclamo formal contra ese médico en el hospital y solo recibí como respuesta que me llamarían en 15 días. Aún me queda la duda si tendrá algún efecto o si solo se trata de poner paños fríos para cuando la rabia e indignación hayan cesado. Mientras tanto a mi esposo, como todos los meses, le descontarán su aporte para fonasa, y yo debo pensar en la posibilidad de llevar a mi hijo a un médico particular. Así quieren hacernos creer que la salud pública está cambiando en Chile. Se trata del doctor B. Caroca.