- Valparaíso, Chile
- 27, Agosto 2016
- Número: 392871
Una vulgar sala de torturas
PRESENTE
No sé si podría llamarse negligencia, irresponsabilidad, flojera o simplemente tortura a la práctica generalizada en los hospitales chilenos de amarrar a los pacientes "inconscientes" para evitar se "saquen las vías" .Esta es la justificación a la que alude el personal médico y para médico en este hospital para desligarse de sus responsabilidades y tener tiempo de hacer otras cosas en lugar de cuidar esmeradamente a sus pacientes.Hace muy pocos meses en ese hospital falleció mi padre, atado de pies y manos en la cama donde permanecía semiconsciente. Nos pedía desesperadamente con señas que le desatáramos sus manos quizá para rascarse o simplemente para cambiar de posición. No fueron suficientes nuestros reclamos y nuestras súplicas para conmover el alma y la conciencia de la enfermera de turno que indiferente ya al sufrimiento humano se negó a acceder a la última voluntad de un moribundo, solo lo hizo cuando constató su fallecimiento.Qué falta de sensibilidad humana, de amor al prójimo, de profesionalismo y de respeto por la vida de los demás evidencia el personal al que se le paga precisamente por tener todas las virtudes anteriores.Me gustaría saber si ellos mismos aprobarían algo así tratándose de su madre, padre, hijos o ellos mismos enfermos graves en un hospital público, estoy completamente seguro que la cosa sería muy diferente.mi esposa años antes fue operada del corazón en ese mismo hospital y sufrió la misma vejación durante su recuperación post anestesia, consciente ya aún permaneció amarrada muchas horas más sufriendo desesperadamente un martirio adicional a su dolor que de por sí ya era insoportable. ¿Podrían ellos saber que se siente en una situación así? No, simplemente hay que ponerse en el lugar del paciente y eso evidentemente no lo enseñan en las universidades.Hago un llamado a las autoridades de este país, a los fiscalizadores si los hay, a los diputados y senadores para que se pongan de verdad los pantalones y hagan cumplir la Ley que es vulnerada cada día allí donde más duele.
Autor: S.M.