- Rancagua, Chile
- 11, Abril 2018
- Número: 491952
Malos tratos y vulneracion delos derechos del paciente
PRESENTE
El día de hoy miércoles 11 de abril concurri a urgencia de maternidad por haber sufrido un aborto retenido, derivada del cesfam 2. He sentido vulnerados mis derechos como paciente y como ser humano, ya que no permitieron el ingreso de mi acompañante, padre del bebé que esperábamos. Segundo, la matrona que me ingresó, la señora A. M. Traipe, me reclamó que el horario era poco pertinente para concurrir ya que ellas estaban cansadas y esperaban el cambio de turno (eran las 19:12 y el turno terminaba a las 20:00...) Después de sus constantes e insoportables reclamos, recién procedió a examinarme, siendo sumamente descortés, brusca en su exminacion y desconsiderada (me tuvo 30 minutos sola en una sala con la puerta medio abierta, con las piernas abiertas sin pantalones ni nada para cubrirme). Posterior a eso llamo por teléfono a la ginecóloga-obstetra de turno, doña Vanesa C. Rondón, quien por teléfono nuevamente se quejó por la hora, a lo que la matrona se reía diciendo siiii, a esta hora vienen, imprudentes y cosas por el estilo. Después de más de 20 minutos de seguir esperando piernas abiertas en una sala sola, llega una doctora que ni siquiera saluda, que entra acompañada de otras 3 matronas más que hablaban de otros casos sin ningún respeto ni por mi presencia y la situación que estaba viviendo, ni por la privacidad de los otros pacientes ya que comentaron todo lo que les pasaba a las niñas que estaban en las S. contiguas. La matrona estuvo 2 minutos, en lo que hizo la eco, que confirmaba la pérdida de mi bebé, delante de 4 matronas que hablaban de los pololos y se morían de la risa. tuve que estar ahí, en la silla de revisión ginecológica con 4 matronas riendo y conversando sin ninguna consideración de la pérdida y el dolor que yo estaba sufriendo. Por último, tuve que tratar de escuchar las pocas palabras de la ginecóloga mientras las señoritas ahí presentes seguían en su reunión de amigas. Nunca en mi vida me había sentido tan humillada, pasada a llevar y vulnerada como este día, el que ya era uno de los más tristes que he tenido que vivir. Una decepción y gran pena ver que de esas casi 10 mujeres que entraron y salieron de la sala, ninguna tuvo consideración, valores o solidaridad para tener respeto por el doloroso momento que yo estaba pasando.
Autor: C.V.