Limachina de 83 años recibe semanalmente costososCobros de peajes y multas por camión que no es suyoSólo en los últimos meses supuestas deudas se acercan al millón de pesos y justicia investiga los delitos que habría detrás del vehículo que se pasea por las autopistas de Santiago, sin permiso de circulación, ni revisión técnica y endeudando a una señora de edad que está enferma. A los 83 años, Nilda Marín Figueroa no sabe lo que está pasando. La memoria, desde hace un tiempo, le han borrado muchos de sus recuerdos. Tampoco comprende muchas cosas. Entre ellas, que casi todas las semanas, lleguen a la casa de una de sus hijas, multas de dos autopistas de Santiago, y de la Municipalidad de Renca, por pasar, con un camión, por los arcos de control sin pagar el peaje del TAG. La situación parece inverosímil pues ella nunca ha tenido un camión, vive de un frágil montepío y, la edad, desde hace algunos años, le ha pasado la cuenta en su cuerpo y su memoria. sin embargo, las empresas Autopista Central y Vespucio Norte, le hacen llegar semanalmente –desde fines del año pasado- nutridas cuentas por pagar de deudas que supuestamente ha contraído. La familia ha reclamado a las dos autopistas, a través de “Sernac” y Chile Atiende” y, aunque, ha recibido atentas respuesta de sus representantes, en el fondo, sólo dicen que ellos cobran a la persona que tiene inscrito un camión en el Registro Civil. Sólo la Municipalidad de Renca atendió a las explicaciones y las pruebas y omitió el cobro de una multa. Las Municipalidades de Estación Central, de Quinta Normal, el Ministerio de Obras Públicas y el Registro Civil aún no responden. La investigación familiar determinó que, efectivamente, Nilda Marín Figueroa aparace en el Registro Nacional de Vehículos Motorizados como dueña de un camión Scania Blanco, placa patente RR4429, de 1987, que –según el mismo documento- transita diariamente por las calles y autopistas de la capital sin permiso de circulación vigente ni menos revisión técnica al día, aunque su tránsito por Santiago se hace diariamente. El problema es que los cobros de las dos autopistas ya llegan a cerca de 800 mil pesos, que le serían imposibles de pagar a la supuesta deudora y todas las gestiones para que las autopistas puedan ir más allá de un registro falso de un vehículo, ha sido respondidas con un manifiesto silencio, con la sana excepción de la Municipalidad de Renca, que atendió razones e incluso señaló que era evidente un fraude. La posibilidad mayor es que se haya cometido con Nilda Marín Figueroa una suplantación de identidad o que haya un uso indebido de instrumento público, como lo son las placas patentes que identifican al camión. Otras indagaciones familiares indican que el camión fue ingresado ilegalmente al país y que, luego de un juicio en un Juzgado de San Antonio, se cerró el caso, luego de la incautación del vehículo en Sierra Gorda. Otro tema que llama la atención, y que aporta más antecedentes a la eventualidad de los delitos señalados, es que Nilda Marín Figueroa vivió en La Cruz sólo los últimos cuatro años. Allí sólo hizo un par de acciones que pudieran apuntar a esta nueva dirección: sacar su nueva cédula de identidad y votar en las elecciones municipales y presidenciales. Antes, ella siempre vivió en su casa de Limache. Fue una activa dirigente vecinal del sector alto de San Francisco de Limache y como familia antigua de la ciudad, es una persona conocida en diversos ámbitos. Se sospecha que los antecedentes de su identidad se pudieron haber extraído con afanes delictuales de los Registros Electorales, pues sólo allí aparece la dirección de La Cruz, donde las autopistas mandan los cobros semanales. Ante la imposibilidad de resolver el problema, la familia presentó una denuncia ante la fiscalía Local de la Calera, donde ya se encuentra en proceso de investigación, por Suplantación de Identidad. Entretanto, siguen llegando los cobros de las dos autopistas de la capital a la casa donde ya no vive en La Cruz. Ella no lo sabe, o no lo entiende claramente, que a los 83 años su identidad está siendo utilizado para un fraude que, según las amenazas de las cartas de cobranzas, pudiera llegar a ser millonario en los próximos meses. La otra preocupación de la familia, es que si la madre y abuela debe asumir la responsabilidad por los pagos de los peajes, también pudiere darse la situación que se le responsabilice por algún delito mayor cometido con el camión o un accidente o alguna fatalidad, por lo que se han decidido hacer pública esta situación, que puede estar afectando también a otros chilenos.