Mantención mal hecha estropea vaciones y automotriz no asume costos incurridos, pero sí el error

En diciembre del año pasado (2017) llevé mi vehículo, Landcruiser Prado año 2006, patente ZV-1398, a hacer la mantención anual (180.000 km en este caso), que hago anualmente con la misma sucursal (Bilbao) desde ya hace cuatro años. Esta mantención era muy importante para mí, puesto que me aseguraba partir de vacaciones con un auto en buenas condiciones.Después de hacer un chequeo de mi auto, me indicaron en la sucursal que era recomendable hacer un cambio de bujías, en forma adicional a todas las otras cosas que incluye una mantención de 180.000 km. Confiando en que siempre había recibido un buen servicio, accedí a esta recomendación.A finales de diciembre de 2017, unos días después de la mantención, mi auto presentó problemas durante un viaje a Tongoy / La Serena. En el camino se prendió la luz de “check engine” y el auto comenzó a tiritar fuertemente. mi padre, quien vive en La Serena, llevó el auto a un mecánico de confianza, quien le indicó que el problema que arrojaba el computador era que una de las bobinas del motor estaban presentando problemas. En el momento no asocié el problema al cambio de bujías, por no conocer suficientemente de mecánica automotriz, por lo que accedí a que este último hiciese la reparación propuesta: cambio de una bobina, reemplazo por original, con un costo cercano a los $220.000 pesos, entre repuestos y mano de obra. Pensando que el problema estaba resuelto, viajé de vuelta a La Serena dos semanas después, a buscar mi auto. Esto lo hice el día antes de salir de vacaciones. El día siguiente, cuando estaba con toda mi familia en el auto, listos para salir de vacaciones, me falló nuevamente el sistema de bobinas, dejándome botado el auto cerca de mi casa. Por temas obvios, resolví arrendar un auto para salir de vacaciones, siendo que llevarlo a mantención no me aseguraba confianza ya en el auto y siendo que no tenía tiempo para seguir esperando, puesto que teníamos compromisos de arriendos pre-establecidos en el sur de chile.Investigando el problema durante mis vacaciones, pude constatar que las bobinas son parte del sistema eléctrico que se encuentra directamente ligado a las bujías y que el problema venía de claramente de la mantención realizada en diciembre.A mi vuelta de vacaciones llevé el auto de vuelta a la sucursal Portillo de Bilbao. Me recibieron el auto a regañadientes, pero al revisarlo se dieron cuenta que el problema se encontraba en el trabajo de cambio de bujías que habían realizado originalmente en diciembre. No obstante, me indicaron en reiteradas ocasiones que ellos ya no se hacían responsables de esta mala mantención, ¡por cuanto habían pasado 1.000 kms desde la misma!. Obviamente que el auto tenía 1.000 kms de andar después de la mantención, ¡si la falla ocurrió en La Serena!. Además, ¿cuánto debería durar el auto sin problemas después de una mantención, en cuanto a las reparaciones específicas ligadas a ésta?. En fin, me indicaron que, al revisar el auto, éste mostraba varias bobinas sueltas y que ese era el problema de fondo. Se hicieron cargo de su error, y no me cobraron por el arreglo, pero claramente yo esperaba una compensación acorde a los problemas que surgieron de esta mala mantención.En resumidas cuentas, el error que cometió el servicio de mantención al cambiar las bujías me costó caro, tanto en la parte financiera, como en tiempo propio, de terceros, y relaciones de familia. En costos financieros directos me significó pagar por: un servicio mal hecho; mecánico y repuestos en La Serena; viaje a La Serena a buscar auto; uso de auto de tercero mientras se reparaba el auto en La Serena; tiempo de mi padre en La Serena para arreglo de auto; y finalmente, arriendo de auto similar, por dos semanas, durante mis vacaciones. Actualmente cuento con todas las boletas asociadas a los costos indicados.En cuanto a costos indirectos se encuentra el tiempo que perdí en viajar a la serena, el tiempo de mi padre y el tiempo que perdí en llevar el auto nuevamente al taller, junto con el tiempo que me toma seguir reclamando al respecto. Se solicitó una resolución económica y a priori se acordó una indeminización sólo por los gastos asociados directamente a la falla de las bobinas (en vista que no asumirían costos indirectos y mi falta de ganas de llevar el tema a juicio). Antes de efectuar el pago, Portillo se retractó y ofreció el pago de la mitad de estos gastos, para lo cual no dije que me parecía una burla y no accedí. A estas alturas no busco más que difundir esta experiencia, para que otros no sufran los mismos incovenientes al llevar su auto a mantención a esta automotriz; tanto por el mal servicio prestado (mala instalación de bujías que me dejó botad0), como por la falta de ética en la resolución de la indemnización por el error cometido en la mantención.