En la era digital, las compras en línea se han convertido en un salvavidas para muchos, especialmente en tiempos de pandemia. Sin embargo, la experiencia de Pedro, un consumidor que decidió confiar en Cupoclick, una plataforma de comercio electrónico, ha sido todo menos satisfactoria.

Pedro realizó una compra hace más de un mes, pagó por transferencia y, según las políticas de la compañía, esperaba recibir sus productos en un plazo de 2 a 5 días. Hoy, más de 30 días después, Pedro sigue esperando. A pesar de sus múltiples intentos de comunicarse con la empresa a través de correos electrónicos, no ha recibido ninguna respuesta.

Si bien Pedro había realizado compras en Cupoclick anteriormente sin ningún problema, esta vez su confianza se ve traicionada. La falta de respuesta y la aparente indiferencia de la empresa hacia sus reclamos ha llevado a Pedro a calificarlos como "sinvergüenzas" y "estafadores".

Este caso pone de relieve una problemática cada vez más recurrente en el comercio electrónico: la falta de regulación y control sobre las prácticas empresariales. La experiencia de Pedro no es un caso aislado, y cada vez son más los consumidores que, como él, se encuentran desprotegidos y frustrados ante la falta de responsabilidad de algunas empresas.

Es imprescindible que las autoridades pertinentes tomen cartas en el asunto y establezcan regulaciones más estrictas para proteger a los consumidores. Mientras tanto, Pedro ha decidido presentar una queja formal ante el SERNAC, esperando que su voz sea escuchada y se haga justicia.

En resumen, comprar en línea puede ser una experiencia conveniente y segura, pero también puede ser un camino lleno de frustraciones y decepciones. Es esencial que las empresas de comercio electrónico comprendan la importancia de ofrecer un servicio de calidad y mantener la confianza de sus clientes. No basta con ofrecer buenos productos; la atención al cliente y el respeto por los plazos de entrega son igual de importantes.

Margarita A.I.
Reclamos.cl