En la actualidad, los sistemas automatizados de cobro como el TAG en la autopista Costanera Norte son considerados una bendición por muchos, permitiendo un tránsito fluido y evitando las filas interminables en peajes. Sin embargo, para nuestro lector Pedro, esta bendición se convirtió rápidamente en una pesadilla burocrática.

Pedro fue sorprendido con una boleta de cobro asociada a una patente que no correspondía a su vehículo. Intentó resolver la situación a través de llamadas telefónicas y correos electrónicos, pero la respuesta de Costanera Norte fue desconcertante: insistieron en que el cobro era correcto y, para añadir insulto a la injuria, le atribuyeron una marca de auto que no era la suya.

El problema aquí es más profundo que un simple error administrativo. Imagínense, por un momento, que el vehículo con la patente indebida comete un delito o causa un accidente. Según los registros de Costanera Norte, el responsable sería Pedro. Este escenario, aunque hipotético, plantea serias preocupaciones sobre la seguridad y la privacidad de los usuarios del sistema TAG.

Pedro solicitó el contrato del TAG y su anulación, pero hasta la fecha, no ha recibido respuesta. Este caso pone de relieve la necesidad de que las empresas que manejan datos sensibles de los consumidores, como Costanera Norte, tengan mecanismos eficientes y transparentes para corregir errores y proteger a sus clientes.

La patente en cuestión es TKBR64, que no corresponde a la de Pedro. Este es un llamado a la acción para Costanera Norte y todas las empresas que manejan sistemas similares: necesitamos respuestas, necesitamos transparencia y, sobre todo, necesitamos saber que nuestros datos están seguros.

Margarita A.I.
Reclamos.cl