En medio de la creciente frustración de los usuarios de las autopistas, quiero compartir la historia de Roberto, un consumidor que se encuentra en medio de una disputa entre la Autopista Central y la Costanera Norte. Su situación pone de relieve la necesidad de una mayor transparencia y responsabilidad en nuestras empresas de servicios.

Roberto, en 2022, estableció un convenio telefónico con la Autopista Central, comprometiéndose a pagar mensualmente $6500, más el costo de uso del TAG. Sin embargo, a principios de este año, se encontró con un cobro de $95.000. Cuando acudió a la Autopista Central para aclarar esta suma, se le informó que la Costanera Norte había cambiado su contrato y cuenta.

La Costanera Norte negó cualquier cambio, afirmando que simplemente habían modificado el número de serie del equipo TAG. Roberto, que había estado pagando religiosamente su cuota mensual, se encontró de repente en medio de un conflicto entre dos empresas, ambas negándose a asumir la responsabilidad.

¿Cómo puede ser que un convenio acordado telefónicamente no sea reconocido? ¿Por qué un cambio de equipo puede desencadenar tal confusión y, lo que es más importante, un cobro tan exorbitante?

La experiencia de Roberto destaca la falta de claridad y la falta de responsabilidad en las empresas de servicios. Los consumidores, que confían en estas empresas para proporcionar un servicio esencial, merecen mejor. Es hora de que nuestras empresas de autopistas se tomen en serio la transparencia y la responsabilidad, y de que se respeten los acuerdos con los consumidores, independientemente de cómo se hayan establecido.

Roberto, al igual que muchos otros, necesita que se revise su esquema de pago. No sólo es injusto, sino que también pone en duda la confianza que los consumidores depositan en estas empresas. Es hora de que las empresas de autopistas se responsabilicen y se aseguren de que situaciones como la de Roberto no vuelvan a suceder.

Margarita A.I.
Reclamos.cl