En la vorágine de la era digital, el consumidor común se encuentra a merced de las grandes corporaciones que, a menudo, parecen olvidar que su principal objetivo debería ser satisfacer las necesidades de sus clientes. Tal es el caso que nos presenta María, una consumidora que se ha visto atrapada en la red burocrática de Koe Corporation.

María, quien firmó el contrato número 602397 con la mencionada empresa, ha intentado en repetidas ocasiones cancelar su contrato, argumentando que no está utilizando el sistema que pagó en su momento. Sin embargo, se ha topado con la inflexible política de la empresa que no permite la anulación unilateral del contrato.

La frustración de María se agudiza al considerar que no ha podido hacer uso del servicio que pagó, debido a la falta de cupos en las monitorías ofrecidas por la empresa. Esta situación incumple lo prometido en el contrato, lo que no solo representa una falta de respeto hacia el cliente, sino también una clara violación de sus derechos como consumidor.

Además, María denuncia que la empresa responde tardíamente a sus quejas y reclamos, pero no duda en agobiarla con correos y mensajes diarios recordándole su deuda. Esta actitud de la empresa no solo es inadecuada, sino que también refleja una falta de empatía hacia su situación.

María ha llevado su caso a SERNAC, pero hasta la fecha, la empresa no ha respondido. Este desgaste emocional y anímico que María está experimentando es inaceptable y pone de manifiesto la necesidad de establecer regulaciones más estrictas que protejan a los consumidores de las prácticas abusivas de las grandes corporaciones.

En resumen, el caso de María es un claro ejemplo de cómo las empresas pueden aprovecharse de la falta de regulación y de la desinformación de los consumidores para imponer sus condiciones, sin tener en cuenta las necesidades y derechos de estos. Es esencial que se tomen medidas para evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro.

Margarita A.I.
Reclamos.cl