El 21 de abril, Juan, un ciudadano común y corriente, y su hijo de 8 años, vivieron una experiencia desagradable durante un viaje en autobús de la empresa Transantin. La travesía, que comenzó en Santiago y tenía como destino la ciudad de Cunco, en Temuco, se convirtió en una pesadilla debido a la conducta de un auxiliar de la empresa.

Juan y su hijo abordaron el autobús a las 22.25 horas. Al inicio del viaje, se le preguntó a Juan dónde debía bajarse, a lo que él respondió que su parada era en la faja 10000, cruce de 4 esquinas, en Cunco. El auxiliar le aseguró que le avisaría cuando llegaran a la parada.

Sin embargo, al llegar a Temuco, Juan tuvo que recurrir a su teléfono móvil para ubicarse. A pesar de sus intentos de alertar al auxiliar de que habían llegado a su parada, el autobús no se detuvo. El auxiliar finalmente detuvo el autobús, pero no antes de lanzar insultos y amenazas a Juan y su hijo.

La situación empeoró cuando el auxiliar, un hombre joven de tez morena, amenazó físicamente a Juan. A pesar de la presencia de su hijo y de la lluvia, Juan fue dejado a 2 kilómetros de su parada.

Este incidente plantea varias preguntas sobre la empresa Transantin y su personal. ¿Cómo es posible que un empleado de la empresa pueda comportarse de esta manera? ¿Por qué no se detuvo el autobús en la parada indicada? Y lo más importante, ¿qué medidas se están tomando para garantizar la seguridad y el respeto a los pasajeros?

Esperamos que Transantin tome cartas en el asunto y se asegure de que este tipo de comportamiento no se repita. Los clientes merecen un trato respetuoso y un servicio eficiente, especialmente cuando confían en la empresa para transportarlos de manera segura a su destino.

Margarita A.I.
Reclamos.cl