El gimnasio Smart Fit ha sido puesto bajo el escrutinio público debido a las quejas de sus clientes por incumplimientos de contrato y condiciones insalubres, según una experiencia narrada por un consumidor, a quien llamaremos Pedro, para mantener su anonimato.

Pedro se inscribió en el gimnasio Smart Fit a finales del año pasado, aprovechando un descuento de Caja Los Andes. Se le aseguró que las condiciones de aglomeración serían manejables, respaldadas por una pantalla que mostraba el número de personas en el local. Sin embargo, Pedro afirma que enfrentó cobros extra "por error", un trámite que le tomó tres meses resolver. Este tipo de prácticas, según Pedro, parecen ser una táctica para desalentar a los clientes de reclamar y permitir que la empresa continúe cobrando indebidamente.

Además, Pedro solicitó su baja en agosto debido a las condiciones insalubres del gimnasio, que describió como una "piscina de gérmenes". Afirmó que la falta de ventilación y el control inadecuado del uso e higiene de las máquinas por parte de otros usuarios resultaba en que él se resfriara después de cada visita. También mencionó que la ayuda de los profesores del gimnasio era inexistente, y que la aplicación del gimnasio, que se supone que debería proporcionar asistencia, no funcionaba en el local.

A pesar de no asistir durante agosto, Pedro fue cobrado por el mes completo. Aceptó este cargo, pero en septiembre se le cobró una multa por renuncia anticipada. Pedro argumenta que el gimnasio no cumplió con las condiciones mínimas que ofrece su contrato y que ha estado haciendo cobros indebidos.

Pedro, como muchos otros consumidores, exige que no se le cobre la multa, ya que él sostiene que el incumplimiento del contrato fue por parte del gimnasio y no suya. Esta experiencia es un llamado de atención sobre la importancia de la transparencia y la integridad en los negocios, y subraya la necesidad de que las empresas sean responsables de sus acciones.

Margarita A.I.
Reclamos.cl