- Lampa, Chile
- 17, Diciembre 2016
- Número: 408669
Pésima atención a niño de 6 años
PRESENTE
El motivo de la misiva es para expresar mi gran molestia con la Doctora Odontopediatra K. de UnoSalud Merced, quien atendió a mi hijo el día 16 de Diciembre, echándolo de “su consulta” porque mi hijo estaba desesperado en su sillón; V. había comenzado el tratamiento pulpotomía con calma, pero de un momento a otro entró en pánico, diciendo que le dolía, la dentista reforzó la anestesia pero mi hijo de 6 años aún estaba desesperado, lo tomaron por la fuerza e intentaron reprimir su desesperación a la fuerza, obviamente no dio resultado, yo estaba desesperada y le decía a mi hijo que le daría dos recompensas si dejaba que le terminaran el tratamiento, finalmente la dentista le dijo que se parara y se fuera a mi hijo que no lograba razonar, y a quien yo tampoco lograba ayudar, ella me dijo que con el tratamiento que le había hecho quedaría con el nervio expuesto y que debía llevarlo a un hospital donde lo amarraran y le extrajeran la muela, me desesperé y tome a mi hijo, y pedí hablar con alguien que me pudiera ayudar, hablé con un tipo que no recuerdo el nombre, pero quien me sugirió esperar a que V. se calmara y pedirle un sobrecupo para más tarde, acepté (a pesar de la arrogancia de tal personaje, sugiriendo que no sabía controlar a mi hijo y que tenía mala higiene bucal debido al tratamiento que se estaba haciendo Vicente), cuando volvimos V. ya estaba más calmado, se sentó en el sillón, y cuando esta dentista le abrió la boca Vicente, él le pidió hablar con ella, a lo que, arrebatadamente, la dentista le dijo que no y que ella no podía trabajar así, que se quería ir a su casa y que se fuera, mi hijo se sentó en la sala de espera, estaba frustrado con el mismo, desesperado. Nos fuimos derrotados, yo lloraba por hacerle esto a mi hijo, por haber entrado en el juego de esta niña, y haber retado y tratado de obligar a mi hijo a enfrentarse a un trauma con esta odontóloga. Nos fuimos a una consulta ubicada en Moneda 1040 oficina 702, donde la odontóloga A. lo atendió, hizo que mi marido se acostara en sillón con el niño, ella, su asistente y todo el centro dental apoyó y le dio ánimos a mi hijo, finalmente le extrajeron la muela, y mi hijo pudo superar este gran trauma gracias a una odontóloga sin ansias por irse a casa o a almorzar, quien logró comprender el miedo de mi hijo, y quien no necesitó de fuerza bruta, o amarrarlo como ella sugirió, si no la fuerza de una profesional con vocación y paciencia. Espero que este mensaje se propague dentro la gente que de verdad necesita una atención considerada o que tiene un niño sufriendo por el trauma del dentista.
Autor: M.G.