La odisea de Carlos: Un consumidor contra la gigante inmobiliaria Socovesa

Carlos, un ciudadano común y corriente, se enfrenta a la titánica tarea de luchar por sus derechos como consumidor frente a la gigante inmobiliaria Socovesa. Su historia, que comenzó en diciembre de 2020 con la firma de una promesa de compraventa de un departamento, se ha convertido en un viaje de frustraciones y decepciones.

El departamento que Carlos soñaba con poseer debió ser entregado en agosto de 2022. Sin embargo, la fecha llegó y el departamento no. En un acto de buena fe, Carlos firmó un anexo para extender la promesa hasta agosto de 2023, pero nuevamente, la inmobiliaria no cumplió.

La lucha de Carlos por hacer valer sus derechos se encontró con un muro de cláusulas abusivas, que le impidieron presentar una demanda al juzgado de policía local de Providencia. La inmobiliaria, protegida por un contrato que ellos mismos redactaron, se escuda en un arbitraje con personas que ellos mismos nombran.

La paciencia de Carlos llegó a su límite y decidió resciliar el contrato. Sin embargo, este proceso tampoco fue sencillo. La inmobiliaria se demoró más de un mes en enviarle el documento para firmar la resciliación. A pesar de que el documento indicaba que el pago se realizaría en 30 días hábiles, Carlos todavía espera que le devuelvan su dinero.

La experiencia de Carlos es un reflejo de la impotencia que muchos consumidores sienten frente a grandes empresas. A pesar de su tamaño y trayectoria, Socovesa ha demostrado una total indiferencia hacia los derechos de sus clientes. La falta de respuesta y responsabilidad por parte de la inmobiliaria es simplemente inaceptable.

Es necesario que las autoridades correspondientes tomen cartas en el asunto y revisen las prácticas de estas empresas. No es justo que los consumidores estén a merced de cláusulas abusivas y que sus derechos sean pisoteados. La lucha de Carlos es la lucha de todos los consumidores. Es hora de que las empresas entiendan que, sin clientes satisfechos, no hay negocio que valga.

Margarita A.I.
Reclamos.cl