En un mundo donde las empresas de seguridad prometen proteger nuestros hogares y bienes, el caso de Jorge Rojas Moya nos hace cuestionar la ética y la transparencia de estas compañías.

Jorge, un consumidor chileno, decidió contratar los servicios de Prosegur Alarmas en agosto de este año, buscando la tranquilidad que prometía la compañía. Sin embargo, su experiencia resultó ser todo menos tranquila. Jorge denuncia que nunca recibió una copia de su contrato, un documento que más tarde descubriría estaba lleno de cláusulas abusivas y costos ocultos.

El contrato, según Jorge, incluía una cláusula de permanencia y un cobro por baja anticipada del servicio, detalles que el ejecutivo de ventas omitió durante la contratación. Cuando Jorge decidió dar de baja el servicio, se encontró con la sorpresa de que debía pagar por anticipado los 20 meses restantes del contrato de 24 meses, una condición que desconocía por completo.

Este caso pone de manifiesto el abuso de poder y la falta de ética de algunas empresas, que se aprovechan de la ignorancia de los consumidores para imponer condiciones abusivas. Además, Jorge denuncia que el servicio que recibió fue de mala calidad, con una alarma que se activaba sola y sin autonomía en cortes.

La respuesta de la empresa ante la queja de Jorge fue un intento de retenerlo con rebajas en los precios, una táctica que solo refuerza la imagen de falta de ética y transparencia.

El caso de Jorge es un llamado de atención a todos los consumidores para que se informen y exijan transparencia antes de contratar cualquier servicio. Asimismo, es una invitación a las empresas a actuar con ética y responsabilidad, respetando los derechos de los consumidores.

Por su parte, Jorge ha decidido llevar su caso al SERNAC, el Servicio Nacional del Consumidor de Chile, y advierte a otros consumidores sobre la empresa. Su experiencia es un recordatorio de que la seguridad y la tranquilidad no deben ser un lujo, sino un derecho.

Margarita A.I.
Reclamos.cl