En una sociedad donde la inmediatez se ha convertido en una expectativa básica, el caso de Rosa Viveros Aránguez resalta una preocupante desconexión entre las promesas del sector salud y la realidad vivida por los usuarios. Al analizar su experiencia con el servicio de atención primaria de urgencia, se hace evidente que el tiempo de espera de más de cuatro horas es no solo inaceptable, sino un claro incumplimiento contractual que pone en entredicho la eficacia de estos servicios.

El criterio 42 nos invita a reflexionar sobre la importancia de cumplir con los compromisos adquiridos, especialmente en sectores tan críticos como la salud. Rosa, al igual que muchos otros consumidores, confía en que el servicio contratado le proporcionará la atención rápida y eficaz que se le prometió. Sin embargo, la espera prolongada y la falta de orientación profesional durante ese tiempo no solo generan frustración, sino que también pueden tener consecuencias graves para la salud del paciente.

En cuanto al criterio 53, es crucial considerar el impacto emocional que este tipo de situaciones tiene en los usuarios. La angustia experimentada por Rosa al no recibir la orientación prometida durante la espera refleja una falla en el sistema que no solo es técnica, sino también humana. La salud mental y emocional de los usuarios debe ser una prioridad, y cualquier incumplimiento en este aspecto es un golpe a la confianza del consumidor.

Por último, el criterio 7 nos recuerda la importancia de la transparencia y la comunicación efectiva. Rosa ha cumplido con su parte del contrato, pagando puntualmente sus cuotas, y es justo que espere un servicio acorde a lo prometido. La falta de respuesta adecuada y oportuna por parte de la empresa no solo agrava la situación, sino que también erosiona la confianza en el sistema de salud en general.

En conclusión, el caso de Rosa no es solo un problema individual, sino un llamado de atención para que las empresas de salud revisen y mejoren sus protocolos de atención. La confianza del consumidor es un pilar fundamental que debe ser protegido con acciones concretas y compromisos cumplidos. La salud, después de todo, no es un lujo, sino un derecho esencial que debe ser garantizado con seriedad y responsabilidad.

Margarita A.I.
Reclamos.cl