En la columna de hoy, me gustaría compartir la desafortunada experiencia de Carlos, un consumidor que se ha visto afectado por las prácticas comerciales dudosas de una empresa de envíos internacionalmente reconocida, FedEx.

Carlos se topó con un muro de frustración cuando intentó enviar dos paquetes de Colombia a Chile. El primero, un envío de 35 kilos, partió de Colombia el 5 de diciembre y llegó a Santiago el 9 del mismo mes. Sin embargo, este paquete no fue retirado de la aduana hasta el 27 de diciembre, lo que resultó en una demora innecesaria y costosa. A Carlos se le cobraron 233 mil pesos chilenos por el envío y otros 15 mil para que alguien lo recogiera en Puntarenas, un costo adicional que no había anticipado. Además, Carlos afirma que dos pares de zapatos fueron robados de su paquete durante este tiempo.

El segundo envío de Carlos, un paquete de 50 kilos, salió de Colombia el 18 de diciembre y llegó a Santiago el 22. A pesar de haber pagado 223 mil pesos chilenos por el envío, Carlos aún no ha recibido su paquete, y FedEx lo ha declarado como perdido.

Carlos siente que ha sido víctima de un robo, y lamentablemente, no es el único. Hay innumerables consumidores, distribuidores y exportadores que han expresado su insatisfacción con los servicios de FedEx. Estas quejas reflejan una tendencia preocupante de abuso y mal servicio por parte de la empresa, que parece estar aprovechándose de su posición en el mercado para explotar a sus clientes.

Es imperativo que las autoridades competentes, como Sernac, investiguen estos reclamos y tomen medidas para proteger a los consumidores. No se puede permitir que las empresas abusen de su poder y se salgan con la suya. En un mundo cada vez más globalizado, donde los envíos internacionales son una necesidad para muchos, es crucial que las empresas de envíos sean responsables y transparentes en sus operaciones.

Carlos y otros como él merecen justicia. Es hora de que FedEx rinda cuentas por sus acciones.

Margarita A.I.
Reclamos.cl