En la era digital, es común que las empresas de telecomunicaciones ofrezcan sus servicios a través de Internet. Sin embargo, la experiencia de Juan, un cliente de Movistar, nos hace cuestionar la eficiencia y transparencia de estos procesos.

Juan solicitó un servicio de internet para su hogar a través del sitio web de Movistar. Tras verificar sus datos y asegurarle que su solicitud había sido aceptada, la compañía descubrió que el arrendatario anterior había dejado una deuda pendiente. No obstante, le ofrecieron la posibilidad de asumir el servicio, borrando la deuda anterior. Juan aceptó y firmó el contrato con su clave única, enviando por correo electrónico su contrato de arriendo y copia de su RUT para confirmar su residencia.

La sorpresa llegó al día siguiente, cuando Movistar le informó que no podría contratar el servicio debido a que su contrato de arriendo no había sido notariado. Juan, quien había realizado el arriendo de manera online y firmado electrónicamente, se sintió engañado. ¿Por qué le habían hecho firmar un contrato y proporcionar información personal si no se podía realizar la contratación?

Este caso pone de relieve la necesidad de una mayor transparencia y eficiencia en los procesos de contratación de servicios de telecomunicaciones. Las empresas deben ser claras desde un principio sobre los requisitos necesarios para contratar sus servicios. Además, deben garantizar la seguridad de la información personal de sus clientes y evitar situaciones que puedan generar desconfianza y frustración.

Finalmente, es importante que las empresas de telecomunicaciones se adapten a los cambios y acepten las nuevas formas de realizar contratos, como la firma electrónica. De esta manera, podrán ofrecer un mejor servicio a sus clientes y evitar situaciones como la que vivió Juan.

Margarita A.I.
Reclamos.cl