Llego el rappi a buscar nuestro paquete para enviar a Las Condes, no saludó, nada, mostró el bolso e hizo una señal que le echaran el paquete ahí. Hasta ahí uno cree que el muchacho es tímido y con el tema Covid prefieren no hablar. El problema fue que el regalo que enviamos por rappi nunca llegó a destino, pero por la App sí te avisan que llego. La persona a la que iba destinada el regalo, preguntó a todas las personas de su edificio, y fue incluso a los edificios aledaños, pensando que podrían haberse equivocado de edificio. lamentablemente, el paquete nunca fue entregado, y lo más seguro que quedó en manos de la persona que lo recogió. Se hizo el reclamo con rappi y te ofrecen rappi créditos (tienes que enviar boleta de los productos), o sea, una vergüenza, como ofrecen eso si uno ya no confía en su servicio. Servicio al cliente nada, solo preocupados del bolsillo de la empresa, lo único que devolvieron fueron los $4.000 del despacho (lejos del costo de los productos) Me preocupa cómo contratan a su personal, si es que eso existe, porque seguramente también es una empresa bien precaria en condiciones laborales. La persona que recogió el producto se hacía llamar "Kevin Denison Arellano", seguramente no es su nombre real y lo más probable es que se cambio el nombre nuevamente en la App y siga trabajando y haciendo lo mismo con otras personas, total rappi no se da por aludido y siguen ganando dinero.