La pesadilla de los "planes mandatos" de Ripley: una historia de desinformación y frustración.

Hoy quiero compartir con ustedes la historia de Laura, una consumidora que se enfrentó a una experiencia desalentadora con la tienda Ripley en Plaza Sucre, Viña del Mar. El 28 de agosto, Laura se dejó seducir por una promoción de un celular a 1 peso, bajo el compromiso de pagar cuotas mensuales de 15990 pesos a través de un plan mandato. A pesar de no tener la tarjeta de la casa comercial, su madre accedió a realizar el trámite por ella.

Todo parecía ir bien hasta que Laura descubrió que uno de los dos celulares adquiridos tenía un rendimiento insatisfactorio. Al día siguiente, volvió a la tienda para devolver el dispositivo, el cual aún no había sido abierto. Aunque inicialmente se le informó que estos planes no admitían devoluciones, el jefe de la tienda aceptó el retorno, emitiendo una nota de crédito y asegurándole que se trataba de una excepción.

Un mes después, la pesadilla comenzó. La compañía telefónica Entel, a la que Laura debía pagar las cuotas del plan, le cobró por dos planes en lugar de uno. Además, uno de los planes tenía un costo de 22990 pesos, muy por encima del monto original de 15990 pesos. Laura peregrinó entre Ripley y Entel buscando respuestas, pero solo encontró un juego de culpas. Después de presentar un reclamo en Sernac, logró que se le rebajara un plan, pero el monto excesivo permaneció.

Para empeorar las cosas, dos meses después, la tarjeta Ripley de su madre fue cargada con el valor del celular que Laura había devuelto. Ripley parece estar ocultando detrás de una política de contratos digitales, que se envían por correo después de que el acuerdo verbal se ha hecho con el vendedor, una forma de estafa. Laura se encuentra angustiada, sufriendo de depresión, arrastrando a su madre a una deuda injusta y pidiendo, al menos, que le devuelvan el celular para poder venderlo y pagar la deuda.

La experiencia de Laura es un ejemplo claro de cómo las políticas confusas y la falta de transparencia pueden convertir una simple compra en una pesadilla para el consumidor. Es imperativo que las empresas sean claras y honestas en sus tratos, y que los consumidores estén bien informados antes de comprometerse con cualquier plan o acuerdo.

Margarita A.I.
Reclamos.cl